jueves, 2 de agosto de 2012

Psicología Canina

Cuando adquirimos un perro, en lo que casi siempre ponemos atención es en que se encuentre sano físicamente, pero ¿qué hay de la parte emocional? Para poder saber todas las necesidades que tienen nuestros perros existe una rama de la psicología que se especializa en esto, es la psicología canina, que surge con la finalidad de comprender a los perros, ya que a pesar de lo que se crea también tienen emociones que cambian dependiendo de su ánimo: ésta es otra de las impresionantes similitudes que comparten con el ser humano. Si el dueño del perro pone atención en sus comportamientos puede llegar a notar que es lo que está sintiendo.


Muchas personas -por increíble que parezca- siguen pensando que los perros no tienen la capacidad de sentir emociones: nada más falso ya que se ha demostrado que los perros poseen las estructuras cerebrales necesarias para esta función, la diferencia es que al no desarrollar una lenguaje verbal, manifiestan sus emociones a través de movimientos corporales o lo que se conoce como lenguaje corporal que incluyen toda su estructura, desde las orejas, la cola, la postura y en algunas ocasiones la emisión de algunos sonidos que permitirán con la ayuda de la interpretación saber que es lo que siente el perro.


Por parte de la psicología canina se dice que existen básicamente 6 tipos de emociones en los perros: alegría, coraje, miedo, sorpresa, tristeza y rechazo hacia algo que no le guste: existen algunas personas que dicen que los celos también son parte de las emociones caninas, lo cierto es que lo que se puede confundir con celos humanos no es más que parte de su instinto protector, el cual desarrollan desde que nacen ya que son seres sociales, es por esta razón que la psicología puede actuar, ya que con base en su estructura en la jauría se procede a tratar a cada perro de manera individual, debido a que cada uno tiene un carácter distinto. Para que pueda funcionar, la psicología establece códigos de comunicación para que en algunas ocasiones puedan cambiar comportamientos que tienen que ver más con la enseñanza del humano que por un estado natural.



A pesar de que el dueño es aquel que va a conocer mejor el estado normal del perro debido a la convivencia con el mismo, también existen psicólogos que se especializan en estos temas, a los cuales se acude sobre todo si el perro cae en una depresión.


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